En la festividad dedicada al Señor del Gran Poder, que anualmente se celebra hoy, 10 de junio, se le dedica una fulgurante celebración folklórica en esta capital.
Históricamente, se ha constituido en un atractivo singular para atraer visitantes del resto del país y también del exterior, por la originalidad que tiene el folklore boliviano, tanto en la creatividad de los disfraces, como en las novedosas danzas que se presentan, de las distintas regiones del país.
De esta manera, la fiesta del Señor del Gran Poder se ha constituido en uno de los mayores acontecimientos folklóricos de la región, por lo que sus creadores, organizadores y participantes, merecen el aplauso y reconocimiento público general.
Su realización es una forma de demostrar que en Bolivia existe mucha originalidad en las fiestas de celebración de algún acontecimiento trascendental en el país, lo que explica que en devoción al Señor de El Gran Poder se realicen brillantes exhibiciones, como la que se espera que la de hoy alcance o supere este alcance.
En esta demostración mayor del arte boliviano, como es la dedicada a la festividad religiosa de hoy, se exhibe una extraordinaria riqueza en el orden de las máscaras, pues cada creador de las mismas, así como de los disfraces, exponen el talento que existe en el país en estas materias.
Ello quedó demostrado que en el Perú y Chile, en particular, donde se realizan imitaciones y a veces repeticiones de las máscaras bolivianas, sin reconocer su procedencia original. Aunque, en esta materia, debe admitirse que, en definitiva, las artes y artesanías llegan a constituirse en expresiones del patrimonio humano, de modo que no corresponde insistir en su originalidad nacional, sea cual fuere ésta.
Pero, lo que sí puede ponerse de manifiesto es que los bolivianos tienen la posibilidad de satisfacerse íntimamente que en su país existan buenos creadores y realizadores de las mismas.
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