El investigador, Gerardo Ichuta, señala que la entrada en dedicación a Jesús del Gran Poder de haber sido una fiesta barrial, de las muchas que hay en la ciudad de La Paz, pasó a ser la fiesta más importante de esta urbe.
“Desbordó de su espacio tradicional, que es el barrio de Ch´ijini, para extenderse primero por las zonas 14 de Septiembre y Rosario, y en los últimos años constituirse en el mayor acontecimiento folklórico del centro paceño.
“El crecimiento no sólo se dio en el número de comparsas o fraternidades, sino en la multitudinaria participación de danzantes de ambos sexos, así como en la calidad de los vestuarios y disfraces, al igual que de la variedad y atractivo de las máscaras.
“Corresponde también destacar que ha crecido el número de las morenadas, cuya calidad se alimenta de una competencia incesante entre conjuntos, que va más allá de la finalidad esencial que es el de recibir la bendición y el favor del Tata o de conseguir el anhelado trofeo rotatorio. El lucro ahora se hace tangible”, dijo el investigador.
INICIOS
La investigación de Ichuta refiere que la fiesta del Señor del Gran Poder se dio inicio el año 1922, aproximadamente, en la zona de Ch‘ijini, pero la misa se realizaba en la Iglesia del Rosario al no existir una en el barrio que empezaba a ser habitado por migrantes de localidades provinciales como Umala, Taraco, Achacachi, Viacha o Sorata.
Cuando llegó el lienzo de la Santísima Trinidad al nuevo barrio de Ch‘ijini, (recién se había loteado la hacienda Paula Jawira) tras permanecer brevemente en varios domicilios de piadosos vecinos, se le hizo una capilla en un solar comprado al señor Ambrosio Ticona, en la calle Antonio Gallardo.
Nombrado patrono de la zona, su fiesta se centraba mayormente en actividades litúrgicas; novenas, misa de ceras, de vísperas, de auroras, saludos al alba, misa de prestes menores, misa del preste mayor, procesión y las retreta concitaban, en conjunto, la creciente masa de devotos.
De acuerdo con la memoria oral de muchos bordadores, fueron ellos (su gremio) quienes tomaron la iniciativa de organizar un conjunto para venerar a la imagen de la Santísima Trinidad, en el año de 1927. Tomando esto en cuenta, se puede ir desentrañando algunos aspectos que aún no quedan muy claros sobre el origen de la entrada folklórica. Casi paralelamente a la aparición del primer conjunto, se plegaron a la fiesta tres tipos de conjuntos en los años posteriores.
CONJUNTOS
A decir de Ichuta, el primero estaba constituido por pequeños grupos de bailarines y músicos, generalmente indígenas, reconocidos en sus lugares de origen. Su participación era efímera (un año o dos).
“Su motivación no era generalmente devocional. Estaban ahí para “acompañar” al preste que los invitaba. Invitar, era sólo un decir, pues en realidad casi se los contrataba para realzar la fiesta”, dijo.
A mayor poder adquisitivo del preste, mayor cantidad y variedad de conjuntos, algunos de ellos exóticos. El preste no solamente debía correr con los gastos de alimentación y bebida, sino con los de transporte, alojamiento e incluso un pago adicional.
Este tipo de participación está aún vigente, especialmente en prestes menores, que sin mucha pompa hacen dar misa a las réplicas de la imagen que poseen. El preste mayor se hace acompañar por fraternidades o bloques de la entrada del Gran Poder una semana después de la fiesta, cuando se pueden dar las condiciones de espacio para una solemne procesión.
El segundo tipo lo conformaban grupos de bailarines y músicos, generalmente mestizos, que teniendo una profunda fe católica, tenían por costumbre peregrinar para rendir pleitesía a diferentes imágenes religiosas. Tal era el caso de los Cebollitas y los Choclos, dos afamados grupos de Sikuris.
El Tercer grupo era constituido por personas de fe y devoción al Señor de El Gran Poder, exclusivamente. Sobre este grupo se fue constituyendo la fiesta que décadas más tarde se consolidó con la famosa entrada del Señor Jesús de El Gran Poder. A este grupo pertenecen los Sikuris del gremio de los bordadores, los Ch‘utas de y otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario